La pieza teatral de Lluïsa Cunillé, Después de mí, el diluvio (2011), es una ventana que permite estudiar cómo se relacionan ideología y subjetividad, y cómo se presenta la tensión entre sujeción y subversión usando como excusa una charla fuera de lo común en un contexto relativamente común, un hotel en Kinshasa, República Democrática del Congo, que se convierte en el escenario en el cual un hombre de negocios, una intérprete y un agobiado e invisible padre, se transforman en manifestaciones de subjetividades encontradas, que reflejan una posición de poder y dos tipos de respuestas encontradas: sujeción y subversión.
Los personajes
De acuerdo con Althusser (2021) cuando trae a colación la postura de Marx, “la ideología se convierte en el sistema de ideas, de las representaciones que domina el espíritu de un hombre o de un grupo social” (p. 17). El hombre de negocios (europeo, presumiblemente blanco, representante de una compañía explotadora de coltán), es un claro ejemplo de una subjetividad construida a partir de un sistema de ideas que se reconoce hegemónico en el sentido de Gramsci, y que suele encasillar al Otro de acuerdo con sus propios prejuicios: sus chistes de mal gusto y fuera de lugar, así como la sensación de superioridad que emana de su discurso tanto frente a la intérprete como frente al padre invisible, son reflejo de su autoproclamada supremacía. Así, el hombre de negocios es la representación del pensamiento colonialista, en el cual el Otro es estereotipado como un sujeto inferior, lo que muestra más de sí mismo que quienes le rodean, ya que, parafraseando a Carbonell cuando cita la obra de Said, en la construcción del Otro, se habla de Uno (Carbonell, 2017, p.53).
Por su parte, la intérprete juega un doble rol: por un lado, se representa a sí misma (por lo menos al personaje que ha creado de sí misma), y, por otro lado, es la voz del padre invisible. En su papel de sí misma, la intérprete es el reflejo de una posición de sujeción: no solo está al servicio del hombre de negocios por su trabajo, sino que también sigue su juego riendo ante sus palabras y dándole la razón ante la menor de sus ocurrencias: en su rol cómo sí misma, la interprete se ha hecho sujeto ante la ideología dominante al subyugarse a esta y a sus rituales, tanto que su postura inicial ante los temas que propone el hombre de negocios es realmente imposible de descifrar (¿realmente piensa como el hombre de negocios y le hacen gracia sus chistes, o simplemente se alinea con su punto de vista solo para asegurar su pago?). Lo que es claro es que, frente al hombre de negocios, la interprete en su rol de sí misma está en una situación de subordinación, y presumiblemente ha decidido conservar y maximizar dicho vínculo para asegurar su validación y reconocimiento como sujeto ante este, y con él, asegurar su bienestar. La intérprete en su rol de sí misma es un sujeto que se ha sometido totalmente a la ideología dominante, siendo un ejemplo claro de lo que menciona Butler (2015), cuando manifiesta que “ningún sujeto emerge sin un vínculo apasionado con aquellos de quienes depende de manera esencial” (p.18).
La solicitud por un hijo fallecido
Gracias al recurso teatral utilizado por Cunillé (2011), en su otro rol, la intérprete es la voz del padre invisible, ese que no existe sino porque le representa Otro al cual se le ha permitido el estatus de interlocutor válido, a aquel que, aunque tiene una existencia material, está reducido a una idea. De esta manera, el padre invisible es, en primera instancia, un Otro sin voz, que por sus características es considerado inferior, es un subalterno en el sentido de Spivak, aquel que “no puede hablar porque no forma parte del discurso” (Carbonell, 2017, p.56). Sin embargo, el personaje del padre invisible tiene un impacto que va mucho más allá de su presencia visual: si bien no está presente físicamente, tiene un peso incalculable en la pieza teatral, haciendo girar todo alrededor suyo.
El padre invisible, con su obstinación para hacerse oír, es una imagen de la subversión del subalterno ante las posturas que pretenden ignorar su voz: a pesar de no tener una voz propia, el padre logra elevar la misma para hacer que el representante de la ideología dominante preste atención a lo que tiene que decir, sin dar su brazo a torcer hasta lograr su objetivo, opacando incluso la voz de la intérprete, quién pasa de referirse a él en tercera persona, a hablar por él en primera persona:
- Intérprete: Dice que le agradece mucho que le haya recibido sin tener una cita (Cunillé, 2011, p. 204).
- Intérprete: Yo le he enseñado a mi hijo todo lo que sé, pero con eso no ha tenido bastante, él necesita que otro le enseñe lo que yo no puedo enseñarle (Cunillé, 2011, p. 209).
En todo momento, la solicitud del padre parece un despropósito al hombre de negocios, ya que tal petición está fuera de su realidad, de lo que para él resulta lo “normal”: hacerse cargo de otra persona no solo se aleja de su plan de vida, sino que luce como una solicitud exótica, carente de lógica. Sin embargo, una vez se desvela luego que todo se trataba de un ardid para insertar parte de su pensamiento dentro del pensamiento dominante, para incrustar una idea que a él le parece relevante, se muestra sublevado frente a la actitud déspota y carente de empatía de una forma de pensamiento que lo ha limitado a un estereotipo, a una simple idea distorsionada, una que, tomando las palabras de Said en Orientalismo (2003), “pretende dominar, reestructurar y tener autoridad” (p.21), sobre otras formas de pensamiento y de entender el mundo.
Así, Después de mí, el diluvio (2011), más que solo ser un drama alrededor de la realidad de muchos de los países del llamado tercer mundo, es una muestra de cómo la ideología dominante se relaciona con los individuos, influenciándolos a tal nivel que los convierte en sujetos, algunos bajo esta en posición de sujeción, otros frente a esta en posición de subversión, y de como esta percibe y clasifica las otras formas de pensamiento no hegemónicas desde su propia perspectiva.
Bibliografía
Althusser, L. [Louis] (2021). Ideología y aparatos ideológicos de estado (apuntes para una investigación). Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, 20 (78). https://doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.1974.78.80625.
Butler, J. [Judith] (2015). Introducción. En Butler, J. [Judith], Mecanismos psíquicos del poder (pp.11 – 41). Ediciones Cátedra. ISBN 9788437626833.
Butler, J. [Judith] (2015). Capítulo IV: La conciencia nos hace a todos sujetos. En Butler, J. [Judith], Mecanismos psíquicos del poder (pp.119 – 145). Ediciones Cátedra. ISBN 9788437626833.
Carbonell, N. [Neus]. (2017) Cultura y subjetividad [recurso de aprendizaje textual]. Fundación Universitat Oberta de Catalunya (FUOC).
Cunillé, L. [Lluïsa] (2011). Después de mí, el diluvio. En Dramaturgas españolas en la escena actual (pp.185 – 54). Edhasa. ISBN 9788497404167.
Said, E. [Edward] (2003). Introducción. En Said, E. [Edward], Orientalismo (pp.19 – 54). De Bolsillo.
Debatecontribution 0en Ideología, sujeción y subversión: breve análisis de Después de mí, el diluvio
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